La cocina austriaca está influenciada por las tradiciones de los países que formaron antaño el Imperio Austro-Húngaro, sobre todo por Bohemia (hoy en día una parte de la República Checa), Hungría y el Norte de Italia.
El austriaco acompaña la comida normalmente con un vaso de vino. El vino blanco se cultiva sobre todo en Estiria y en Baja Austria, el vino tinto procede en su mayoría de Burgerland. Los vinos austriaco son de alta calidad y no tiene nada que envidiarles a otros países.
En los fríos inviernos, las sopas son las reinas de los menús, por ejemplo, una de las más demandas es la “Frittatensuppe”, caldo de ternera cubierto tiras de “Palatschinken” (algo muy parecido al crep francés).
El plato nacional es el escalope vienés „Wiener Schnitzel“, las malas legues dicen que no procede de la cocina vienesa sino de la milanesa. El „Wiener Schnitzel“ original se prepara con un filete de ternera, el cual se reboza, pero en los restaurantes es más usual que se sirvan de cerdo. El „Wiener Schnitzel“ se sirven con patatas hervidas con perejil “ Petersillekartoffel” o con ensalada de patatas “Kartoffelsalat”.
De la cocina húngara proviene el Gulasch, un estofado de ternera con cebolla y pimentón. En Hungría este plato se conoce como “Pörkölt”.
Otro plato muy popular es el „Tafelspitz”, es un trozo de carne de ternera cocida, que se sirve con una sopa y guarnición.
Para los amantes de la comida rápida, en toda Viena se pueden encontrar puestos de salchichas “Würstelstände”. Exquisitas salchichas hervidas o a la plancha servidas con un bollito de pan “Semmel” o una cortada de pan. Las salchichas más conocidas son „Käsekrainer“ (salchicha con queso), “Frankfurter” (conocida fuera de Austria como Vienesa) o “Debreciner”.
Los „Heuriger“ son una de las más queridas instituciones culinaria austríacas. A los vinicultores se les permite vender su producción de vino directamente es estos espacios. El vino joven, el del mismo año, se denomina “Heuriger”. Con el vino del año se acompañan paltos caseros elaborados por los mismos vinicultores, como por ejemplo ensaladas, cerdo con cominos “Kümmelbraten” o embutidos. Estos establecimientos, en su mayoría familiares, tienen un determinado horario de apertura, para saber si están abiertos o no, hay que ver si cuelga de la puerta del establecimiento una ramita de abeto. En las regiones más turísticas de Austria estos establecimientos familiares han evolucionado en restaurantes, donde ya no se venden exclusivamente los productos elaborados por el vinicultor.
Claro está que hay cafeterías en toda Austria, pero en especial los Cafés en Viena fue en 2011 catalogado por la UNESCO, como patrimonio cultural. La tradición cafetera se remonta al tiempo de la guerra con los turcos, en los que según cuenta la leyenda, los turcos dejaron un par de sacos de café olvidados después de perder la contienda.
Los cafés en Viena, ofrecen una gran cantidad de clases de café, por ejemplo un „Melange“ se prepara con mitad de café y mitad de leche; un “Franziskaner” tiene la misma composición pero además se le ponen una nube de nata líquida; un “kleiner/großer Brauner” café solo, simple o doble con nata liquida; un “Verlängerter” es un “kleiner Brauner” con la misma cantidad de agua.